Historia

Déjame que te cuente. una historia que me ocurrió 2023.

Llevaba 20 años preparando mi proyecto artístico y justo cuando había sentido sacarlo al mercado, me encuentro invitado a la casa de Joan Miró para almorzar con él.

asombroso no ?

Yo aún un desconocido en el mundo del arte tenía una cita para almorzar con Joan Miró.

La conversación con Miró fue de inicio muy cordial hubo conexión desde los primeros instantes, era una sensación de conocerlo de antes, sensaciones de reencuentro de viejos amigos.

Aunque era la primera vez que nos veíamos, muy amablemente me mostró la Fundación Miró por cierto lleno de turistas internacionales, me hizo sentir como una celebridad.

Mientras los turistas con su cámara de fotos y teléfonos inteligentes nos iban tomando instantáneas, muchos de ellos le reconocía y por eso también nos fotografiaba, disparaban sin parar

Mientras tanto Miró, nos iba explicando toda la historia de cada obra y de los acontecimientos en el estudio artístico, entre tanto los turistas continuaban con las fotos hacia nosotros.

Miró, me daba un tratamiento de celebridad y los turistas también, aquello por extraño que fuera para mí, me resultaba familiar, me había integrado en la experiencia como si lo hubiera hecho casi todos los días.

Miró, me hizo sentir tan único y exclusivo, que entré como en otro estado de conciencia y de estatus, ocurrió una transformación interior en mi ser provocando la exaltación de esos valores dentro de mí, a niveles nunca antes experimentados, algo que me cambió para siempre.

Por momentos la gente nos miraba con tal expresión que me hizo dudar entre quién era la celebridad.

Generó una sensación muy potente y poderosa dentro de mí, algo dentro de mí había cambiado, esta transferencia de valores, entró en lo más profundo de mi ser provocando que ahora sí pudiera ofrecer mi obra tan única y exclusiva con el estatus de celebridad.

Ofrecería a una comunidad exclusiva que sería la guardiana de los valores y su representación artística. Esos valores que nos permiten experimentar también el placer de hacer realidad los sueños.

El sueño de un niño que un día visitó el Louvre y el Pompidou de París con solo 13 años y que vio materializado su sueño de ser artista genial, cuyo deseo se materializó de la mano de uno de los grandes de la historia del arte.

La historia continuó y estuvimos almorzando en su amplia, cocina mínima lista y moderna por su amplitud parecía más un salón que una cocina. conversaciones distendida sobre temas generales llegó el momento tras la comida de sacar mi arte conceptual.

Entonces ofrezco sacar mi catálogo. “Sí, estoy deseando verlo”, fue su respuesta.

Se lo entregué y lo abrió. la primera impresión de Miró Fue de asombro y dijo. “Nunca he visto algo parecido”.

“Esto es único pinturas mono-color de forma ancestrales que se conectan de una forma única”.

Es decir, aquello también conectaba a nuestras partes más antiguas y ancestrales, su cara de gustarle, era muy evidente y expresiva.

Contempló las obras una a una, cada uno de los valores del catálogo que allá se representaban como un arte conceptual en un intento de materializar esos valores en obras de arte.

La sorpresa de Miró contemplando las obras, crecía más y más, sus preguntas eran cada vez más continuas y las respuestas de mis porqués cada vez le hacían tener más interés por mis pinturas.

Cuando llegó el momento donde le expliqué mi sistema de producción y reproducción exclamó: “Es lo más revolucionario que he escuchado nunca” “Es la primera vez que veo algo así planteado de esa forma”.

Allá estaba yo con uno de los grandes de la historia del arte diciéndome aquello.

No daba crédito en un principio pero por otro lado una parte de mí sabía que tenía entre mis manos el Ferrari del mundo del arte.

Era el momento de ofrecer al mundo y Miró dando esas exclamaciones!

En ese mismo instante tenía claro que había algo grande que ofrecer al mundo.

Una pregunta surgió en mi interior, a qué mundo debería presentar mi obra?

Llevaba más de 20 años creando y hasta es el momento solo unas pocas personas habían tenido la suerte de ver mis obras.

Entre esos pocos afortunados había cuatro catedráticos de arte de diferentes universidades de Alemania de las cuales tuve la magnífica suerte de obtener sus críticas dándome cada uno de ellos la clave para llevar a nuevos niveles mi arte conceptual.

En ese mismo camino también me encontré con comisarios de renombre obteniendo críticas y valoraciones muy parecidas a los críticos alemanes. “Lo más profesional y revolucionario que había visto nunca”, esa era la frase más común entre ellos.

Llegó el momento de despedirme y para mi sorpresa ocurrió algo insólito, Miró me pide que le autografíe el catálogo y cosa que hice con mucho gusto.

La satisfacción recorría mi cuerpo mientras le autografiaba mi catálogo dedicado a Joan Miró mientras él me contemplaba como yo lo hacía.

En ese momento me vino un pensamiento está ahí el Todopoderoso Miró contemplándome cómo le autografío mi catálogo que le ha encantado y ha quedado ensimismado que era lo más revolucionario que había escuchado y visto en su vida.

La cuestión era quién era la celebridad?

Posiblemente él estaba viendo algo más en mí, que yo no había llegado a ver. Hasta ese instante.

Era que tenía algo único e irrepetible y a la vez inolvidable.

Entonces, a qué mercado ofrece algo tan único y exclusivo?

A los museos?

Instituciones ?

Al mundo masificado del arte?

la respuesta era que no.

A un mundo de múltiples intereses con sus propias reglas y normas ?

las respuestas seguía siendo que no.

la sensación de que la obra no llegaría a los museos masificados no, no quería eso.

Mi obra estaba pidiendo pertenecer a un mundo exclusivo de guardianes a una comunidad única en el mundo que fuera poseedora de algo irrepetible e inolvidable.

Una voluntad interior me pide que solo unos pocos guardianes sean los elegidos para salvaguardar los valores que transmiten las obras.

Salvaguardar el estatus y el sueño de materializar el deseo de un niño

Entonces ese mundo de exclusividad única estatus y celebridad.

Quienes serán los encargados de tal misión ellos valoran ser guardianes para salvaguardar piezas únicas.

Solo serán 36 piezas por año. 36 obras únicas y exclusivas Una comunidad exclusiva aunque será mucho los que deseen salvaguardar serán poco los elegidos para tal misión.

Una obra única con un estatus único en una comunidad única.

El resto de elegidos siempre podrán conservar las obras de edición limitada para que otro nivel de guardianes puedan cumplir su sueño de pertenecer a la comunidad del artista.

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